Meghan Markle y el príncipe Harry, felices de haber ganado una demanda judicial contra un medio estadounidense

Meghan Markle y el príncipe Harry, en Marruecos en febrero de 2019.
Meghan Markle y el príncipe Harry, en Marruecos en febrero de 2019.
GTRES
Meghan Markle y el príncipe Harry, en Marruecos en febrero de 2019.

Últimamente, casi absolutamente todas las noticias sobre los duques de Sussex eran, de alguna u otra forma, contrarias a ellos: no era ya solo el libro que ha revelado la enemistad entre los hermanos, sino el rifirrafe que han tenido con Donald Trump o que el obispo que les casó asegurando que escuchó voces de esclavo. Y eso por no entrar en temas de juicios.

Nos referimos a la batalla legal que mantienen en Estados Unidos, la cual les acaba de dar una alegría, puesto que Meghan Markle y el príncipe Harry han sido informados de que han resultado vencedores en la demanda que interpusieron el pasado julio.

Fue entonces cuando se dirigieron, furiosos y decididos, a la Corte Superior del Condado de Los Ángeles por las fotografías robadas de su hijo, el pequeño Archie, mientras jugaba en el jardín de la mansión que habitaban y que fueron publicadas sin su consentimiento.

A pesar de que era el proceso judicial en el que tenían el viento más a favor, puesto que estaba ganado casi antes de empezar: se trataba de imágenes tomadas de forma ilegal, en una propiedad privada y con el bebé en compañía de su abuela materna, Doria Ragland, no de sus padres.

Había aún más puntos a favor de los duques de Sussex, dado que ni siquiera la propiedad era suya (se trataba de la mansión de Tyler Perry que, bajo la mediación de Oprah Winfrey, ocuparon desde marzo hasta julio) y las instantáneas fueron conseguidas con ayuda de un dron, práctica prohibida por una "ley paparazzi" que existe en Estados Unidos y que regula los métodos y las posibilidades de los fotógrafos. 

Y para rematar la faena, no era la primera denuncia: ya habían interpuesto una contra el uso de helicópteros y drones para sobrevolar su vivienda, así como agujeros hechos en las vallas para poder fotografiar. Meghan y Harry, para cubrirse las espaldas, habían contratado al abogado de las estrellas, Michael J. Kump, reconocido en todo Los Ángeles, y que ha tenido clientes como Michael Keaton, Sandra Bullock, Shaquille O'Neal o las hermanas Kardashian.

Otro factor que ayudó a que la victoria haya sido contundente ha sido la celeridad a la hora de actuar: Kump consiguió frenar su publicación en Estados Unidos y Reino Unido, aunque no así en Alemania. Y en un acto muy poco usual, consiguió citar a tres de las agencias más importantes de Los Ángeles para saber cuál era responsable de comercializar el reportaje.

Finalmente salió a la luz la culpable, X17, que como resolución habrán de entregar las fotografías a Meghan y Harry, destruir toda copia en sus bases de datos y la prohibición de distribuir cualquier fotografía de ellos o de Archie tomadas con los mismos métodos o en terrenos prohibidos.

También pagarán los costes del juicio y han tenido que pedir disculpas públicamente: "Pedimos perdón a los duques de Sussex y a su hijo por el dolor que hemos causado. Nos equivocamos al ofrecer estas imágenes y nos comprometemos a no repetirlo".

La empresa alemana se ha salvado, por ahora, de la condena, ya que la agencia mintió al vendérselas, asegurando que estaban tomadas en suelo público. Este tema, el lugar de realización de las fotografías, es motivo de otro juicio de los duques en Canadá, ya que allí se enfrentan a la agencia Splash, que obtuvo unas instantáneas de Meghan Markle paseando por los bosques de Vancouver, un terreno al aire libre y público, con Archie en una mochila portabebés.

Otros frente

No es el único frente abierto de Meghan y Harry, pues basta un pequeño repaso para recordar que aún tienen mucho que perder en lo que se refiere a su situación judicial en Reino Unido, que el propio juez tildó de provisional, y que se centraba tanto el matrimonio como en los tabloides británicos a los que demandaron.

El primer round lo perdieron. La exactriz reconvertida en importante productora para Netflix era obligada a pagar los costos del proceso, pero más tarde el Tribunal Supremo de Londres fallaba a su favor y, sobre todo, de sus cinco amigas anónimas, pues era su anonimato en cuestión el motivo de la disputa.

En muy resumidas cuentas, las cinco amigas de Markle hicieron unas declaraciones a la revista norteamericana People defendiéndola de los ataques de la prensa británica en enero de 2019. En ellas, criticaban abiertamente al padre de la duquesa, Thomas Markle, y la manera en la que los medios ingleses utilizaban cada palabra de Thomas como arma arrojadiza contra Meghan.

Según la empresa editorial demandada [Associated Newspaper, que contiene, por ejemplo, Daily Mail, uno de los periódicos más críticos y severos con Meghan Markle], la actriz sí estaba al corriente de lo que dirían sus amigas, mientras que ella misma lo negaba tajantemente. Esto hacía que los periódicos buscasen que  esas cinco amigas se convirtieran en testigos, porque de esta forma se podrían hacer públicos sus nombres.

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